Relevantes para todas las civilizaciones europeas, símbolos de la muerte, de la vida, de la eternidad, presentes en Iglesias, cementerios y plazas. Testigos de la validez de importantes tratados de amor eterno: quién no ha ECHADO LOS TEJOS a su dulcinea particular abrigado por las ramas de esta especie.
El tejo tiene la madera muy dura, con la posibilidad de romper las hachas. Se empleaba para la construcción de los ejes de los carros de las vacas, además de para cocinar y calentarse. El bosque era muy importante para las familias de Requejo, ya que vivían de lo que proporcionaba la tierra. Los alimentos para ellos y para su ganado, los combustibles, la ropa, los muebles, el material para construir las casas. Se trataba de un lugar de pastos, de leña y madera.
Para acceder a este recóndito paraíso, basta con seguir las señales del sendero interpretativo que parte desde el parking habilitado para estacionar los vehículos. Un recorrido circular de 5 Km. aproximadamente jalonado por pasarelas de madera para sortear regatos estacionales y escorrentías. Incluso, en las zonas de fuertes pendientes que conducen al mirador de Peñas del Veladero, desde donde se contempla una espectacular panorámica del bosque, escalones de madera hacen más fácil el acceso a este punto.
Árboles venerables, ojala sigáis aquí
cuando yo ya no esté
para que mis descendientes continúen
disfrutando de vuestra silueta oscura
y de las criaturas y plantas que protegéis.
En cada huella de vuestra corteza
hay una batalla, una historia,
un recuerdo de la cultura del bosque,
de guerreros, peregrinos y pastores,
unidos, conmigo por vosotros.
cuando yo ya no esté
para que mis descendientes continúen
disfrutando de vuestra silueta oscura
y de las criaturas y plantas que protegéis.
En cada huella de vuestra corteza
hay una batalla, una historia,
un recuerdo de la cultura del bosque,
de guerreros, peregrinos y pastores,
unidos, conmigo por vosotros.
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